La Industria del Bienestar, una necesidad social y una oportunidad económica


Comparto en buena parte el contenido del artículo de Jordi Goula “La Revolución de la Industria del Bienestar” del suplemento Dinero del diario La Vanguardia.  Leyendo este artículo en un fin de semana que precisamente coincide con el inicio de un nuevo año y la perspectiva de un 2012 por vivir,  me ha hecho reflexionar bastante y me ha llevado a escribir este pequeño artículo.
Una sociedad más sostenible en cuanto al gasto público sanitario, es una sociedad que invierte en prevención y promoción de estilos de vida saludables. Esta obviedad sabida no nos la hemos tomado con la suficiente seriedad, y ahora, por la necesidad del contexto económico en el que vivimos, más que nunca las organizaciones, tanto públicas como privadas, debemos poner en marcha programas orientados a promover estos hábitos, siempre velando por el bienestar de las personas. Estos programas de prevención no sólo deben pretender buscar un menor gasto futuro de los servicios sanitarios, sino también deben servir como un parámetro más a tener en cuenta en la eficiencia de la productividad de las empresas y la disminución de las bajas laborales por enfermedad.

En este último punto, la relación entre un estilo de vida saludable, físico y emocional, y la productividad de las personas será un factor relevante para la competitividad de las empresas, como lo es por ejemplo la eficiencia energética, para ofrecer servicios y productos más competitivos a escala global. Por todos es conocido que la frustración, el estrés o la falta de realización tanto a nivel personal como laboral, son factores que tienen un impacto directo en el estado emocional de la persona y que conllevan, en muchos casos, consultas a los especialistas en salud mental.
Hay estudios que relacionan la incidencia de algunas enfermedades como la obesidad, la hipertensión y la diabetes con hábitos de alimentación y estilos de vida poco saludables. El impacto de estas enfermedades en los países desarrollados es cada vez más creciente comportando un gasto sanitario cada vez más elevado. Con todo, parece lógico asegurar que una empresa que fomenta el bienestar de sus trabajadores se verá recompensada con una mayor productividad teniendo un impacto directo en sus beneficios.

Así pues, teniendo en cuenta este contexto, pienso que en nuestro país, no sólo tenemos la oportunidad de poner en marcha toda esta serie de estrategias para la prevención y promoción de estilos de vida saludables, sino también la de poner en marcha un Cluster Económico referente a nivel internacional sobre la “Industria del Bienestar”, un concepto ilusionante que combina la vertiente social con la económica y demuestra que las dos partes no son contrapuestas, sino que en correcta sintonía, pueden alimentarse la una de la otra.

Me explico: a pesar de estar en un momento económico muy difícil, hay un conjunto de factores y circunstancias que hacen que tengamos en nuestras manos un gran potencial.
Aunque la sanidad está pasando por una situación extremadamente crítica, nuestro país cuenta con grandes profesionales de la salud que trabajan en centros de referencia y con reconocimiento internacional. La preparación y conocimientos de los profesionales tienen suficiente prestigio como para que puedan ser exportables a todo el mundo. Paralelamente Barcelona es y deberá ser todavía más en un futuro uno de los destinos de elección para aquellas personas que viajan fuera de su país para utilizar los servicios médicos extranjeros. Barcelona está apostando por una internacionalización médica, ofreciendo centros de salud de calidad y servicios turísticos adecuados a la demanda de un público exigente.
Las características de nuestro territorio por su clima y situación geográfica han hecho que tengamos una dieta propia que es una de las más saludables del mundo. No en vano, la Dieta Mediterránea ha sido reconocida recientemente como patrimonio mundial de la humanidad, y está considerada como una de las mejores formas de alimentarse, tanto por su aportación a la salud y al bienestar, como por la variedad y calidad de sus productos. La fama internacional ha sido impulsada también por un excelente colectivo de cocineros catalanes que han sabido innovar en la alta cocina sin dejar de lado la vocación por fomentar la investigación en “cocina saludable”.

Si a toda esto le añadimos que tenemos un clima favorable y privilegiado que es palanca de atracción de inversión extranjera y de turismo, todo ello hace que tengamos en estos momentos en nuestro país elementos diferenciales por los que podamos explotar esta Industria del Bienestar , no sólo como un eje social sino también como un eje económico.

Marta Prats Molner
Directora y fundadora de Nútrim